Nadie sabe cuándo ni cómo ama sino sólo hasta que
la soledad retumba en su cuerpo.
A partir de allí, entones, se pueden cometer un
sinfín de yerros con tal de hacer retornar a ese sentimiento
extrañadamente fugado.
Víctor Roura.
domingo
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Santo niño de atocha, señor! creo seriamente que le urge enamorarse!
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