miércoles
Solidaridad
Alguien me comentaba que si era tan difícil repetir lo que se hizo en 1985, con motivo del terremoto, esa solidaridad que mostró la ciudadanía de la ciudad más grande del mundo. ¿Será dicifil hacerlo ahora contra el narcotráfico o todo la pelea de carteles de la droga. ¿Será difícil? recuperar la escencia guerrera de nuestra país. La lucha contra el narco y los grupos de poder ¿estará realmente perdida? o nos hace falta tener solidaridad el uno el otro.
cuántos muertos...¿cuántos?
Estaba sentado en la esquina de 5 de mayo y eje central, al fondo se veía la humadera del Hotel Regis, sinceramente no me acuerdo ni como era, en la avenida Juárez todo era confusión. Me quedé un largo rato viendo como la Ciudad de México se negaba a morir.
Las sirenas se escuchan, iban y venía a todo velocidad. Carlos me dijo "vamonos" mientras trataba de explicarme como había sido el terremoto, yo solo le decía que si con la cabeza...
Las sirenas se escuchan, iban y venía a todo velocidad. Carlos me dijo "vamonos" mientras trataba de explicarme como había sido el terremoto, yo solo le decía que si con la cabeza...
Un México que levantamos
Dentro de dos días se cumplirán 23 años de aquel terremoto en nuestra Ciudad de México. Muchos no se acuerdan de lo que paso aquel día, muchos otros no olvidaremos aquella experiencia. En aquel entonces vivía en Ciudad Neza, me acuerdo que se suspendieron las clases y me fui temprano a trabajar a Librería Patria.
Iba con mi hermano Carlos, nos fuimos caminando desde la estación San Lázaro, pasamos por la Candelaría, por la Merced, Pino Suárez, todo eso estaba desecho. No pudimos llegar a la Librería, Francisco Majewski nos encontró allá en la esquina de 5 de mayo e Isabel La Católica. Me acuerdo que nos dio un fuerte abrazo, nos metimos a aquella cafetería llamada la Blanca, creo que nunca le dio tanto gusto vernos como ese día, después me acuerdo que nos dijo que nos fuéramos a nuestra casa.
Ese día por la tarde nos fuimos una bola de muchachitos a alistarnos a la Delegación Cuahtémoc, nos asignaron a la Colonia Roma, a unos edificios, iban Los Panchos, El Teclas, El Ray, Los Totos, y no sé cuantos más. El segundo y tercer día estuvimos en el Parque de El Seguro Social, nos tocó ver como iban llegando los miles de muertos, si, miles de muertos.
Por la noche, nos vacunaron no sé contra que tantas enfermedades y volvimos a seguir trabajando. Como era de esperarse, los despidos en la Librería Patria no se hicieron esperar. Por aquellos tiempos, solamente trabajaba en las temporadas escolares y la de ese año terminó precisamente el día del temblor.
Regrese a la Librería Patria, un año después para no salir hasta terminar la carrera, tal como lo dijo Francisco Majewski esa mañana en La Blanca. Pero esa es otra historia.
Hoy quiero dedicarle un fuerte aplauso y un gran abrazo a quienes compartimos el orgullo de colaborar por para levantar a nuestra ciudad, esa ciudad que levantamos con nuestras propias manos y de la cual... nos sentimos orgullosos...
Iba con mi hermano Carlos, nos fuimos caminando desde la estación San Lázaro, pasamos por la Candelaría, por la Merced, Pino Suárez, todo eso estaba desecho. No pudimos llegar a la Librería, Francisco Majewski nos encontró allá en la esquina de 5 de mayo e Isabel La Católica. Me acuerdo que nos dio un fuerte abrazo, nos metimos a aquella cafetería llamada la Blanca, creo que nunca le dio tanto gusto vernos como ese día, después me acuerdo que nos dijo que nos fuéramos a nuestra casa.
Ese día por la tarde nos fuimos una bola de muchachitos a alistarnos a la Delegación Cuahtémoc, nos asignaron a la Colonia Roma, a unos edificios, iban Los Panchos, El Teclas, El Ray, Los Totos, y no sé cuantos más. El segundo y tercer día estuvimos en el Parque de El Seguro Social, nos tocó ver como iban llegando los miles de muertos, si, miles de muertos.
Por la noche, nos vacunaron no sé contra que tantas enfermedades y volvimos a seguir trabajando. Como era de esperarse, los despidos en la Librería Patria no se hicieron esperar. Por aquellos tiempos, solamente trabajaba en las temporadas escolares y la de ese año terminó precisamente el día del temblor.
Regrese a la Librería Patria, un año después para no salir hasta terminar la carrera, tal como lo dijo Francisco Majewski esa mañana en La Blanca. Pero esa es otra historia.
Hoy quiero dedicarle un fuerte aplauso y un gran abrazo a quienes compartimos el orgullo de colaborar por para levantar a nuestra ciudad, esa ciudad que levantamos con nuestras propias manos y de la cual... nos sentimos orgullosos...
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