lunes

Dar menos, recibir todo

Había una vez, un caballero increíblemente avaro que no obstante tenía una mujer bonita y joven. Un día partió de viaje y, en cuanto estuvo lejos, un vagabundo golpeó a la puerta , pues no comía desde hacía tiempo. La mujer se compadeció de él, y fue a traerle carne y vino; pero descubrió que el caballero, antes de marcharse, había guardado todo bajo llave. En toda la casa no había una mijaga de pan. Más de una mujer se hubiera avergonzado y desesperado con razón; ella, en cambio, no. Tomó al vagabundo por el cuello y le dio nun beso: como no podía darle menos, le dio todo. El vagabundo partió feliz, menos saciado, pero mucho más satisfecho. (Tomado de El Financiero, de la columna viernes o voy de Víctor Roura, el texto es de Georg Simmel (1858-1918)

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